MIGUEL ÁNGEL “TAUCHIDO” nació el 16 de Agosto de 1977 y creció rodeado de lo que más tarde se convertiría en su gran pasión: el mundo de la porcelana. Hijo de artistas, desde su niñez vivió en primera persona el amor por el arte que sus padres supieron transmitirle. El taller artesanal de sus padres fue su lugar de juego y de experimentación: ese lugar mágico donde las frágiles piezas se convertían en objetos bellos y brillantes, y donde los colores cobraban vida gracias a la magia del fuego.
Enamorado del Oro Blanco
La personalidad inquieta de Tauchido y la fascinación que sentía por el trabajo de sus padres le llevaron a querer saber más, a buscar la manera de que las piezas que empezaba a imaginar en su mente pudiesen cobrar vida a través de sus manos. Estas vivencias fueron el origen de que Tauchido eligiera el camino de la porcelana como expresión personal.
Además del valioso conocimiento transmitido por sus padres, Tauchido se formó y especializó en la porcelana, la rama más compleja del mundo de la cerámica, pero la única que conseguía que lo que él imaginaba se hiciese realidad. Para Tauchido, la porcelana es su “Oro Blanco” porque, gracias a ella, puede desarrollarse personalmente dando vida a sus ideas y consiguiendo que perduren a lo largo del tiempo tal y como las imaginó. Nacida hace más de mil años, esta pasta maravillosa, aunque muy exigente a nivel técnico, es capaz perdurar en el tiempo con la misma elegancia, distinción y delicadeza que en el momento de su creación.
El valor de la artesanía
Miguel Ángel es un ceramista que cree y practica la milenaria tradición cerámica y sus valores pero con su particular visión de futuro: La fusión de la tradición con la innovación. Huye de procesos industrializados que diluyen el valor de una pieza hecha a mano, por este motivo todas las piezas Tauchido son realizadas por Miguel Ángel personalmente una a una, para poder transmitir la esencia de lo que él busca: “piezas únicas para personas únicas“.
Tauchido quiere que las personas vean la porcelana como él la ve, eliminando los estereotipos que hay a su alrededor e intentando acercar la porcelana a la gente de todas las edades a través de su visión. La porcelana no tiene que verse como un elemento clásico o de otra época, porque no lo es. La porcelana no tiene límites en ningún sentido, puede ser desde un elegante elemento decorativo hasta un original y exclusivo complemento de moda.
Para Miguel Ángel la belleza tiene una presencia e importancia fundamental en el proceso creativo de sus piezas, de forma que no sólo intenta crear piezas bellas sino que su intención es la de embellecer la vida de las personas a través de ellas, pretendiendo que cada persona se sienta única y especial.
“La porcelana es el universo por el que viajo, descubriendo quién soy”
Miguel Ángel “Tauchido”
Esculturas de Luz y Porcelana
Miguel Ángel dota a sus esculturas de un elemento que es esencial para la vida: la luz, que representa la belleza interior que se encuentra en todas y cada una de las cosas que nos rodean y que es tan importante o más que la apariencia exterior. De este modo, las proyecciones de luz que se crean alrededor de las piezas desvelan el mensaje que cada obra guarda en su interior, más allá del propio diseño escultórico.
ZACELIUM
Piezas únicas para personas únicas
Creador del Zacelium: el arte de hermanar dos mundos nacidos para estar juntos. Miguel Ángel es reconocido por la creación y elaboración de exquisitas piezas de joyería, innovadoras a nivel técnico y con una potente carga emocional y visual.
Actualmente, en su estudio situado en la Ribeira Sacra (Ourense – Galicia – España), Miguel Ángel se dedica al desarrollo de su obra haciendo realidad sus ideas y transmitiendo su amor por este arte milenario. Enfocado principalmente en la creación de proyectos a medida para coleccionistas privados, sus piezas embellecen algunos de los lugares más exclusivos del mundo.
Todos nos hemos preguntado alguna vez dónde reside la verdadera belleza. La belleza puede tratarse como un concepto abstracto pero el hecho es que siempre hay un desencadenante de ese concepto. En mi opinión, la belleza no solo puede encontrarse en un rostro o en un objeto que es agradable a la vista, sino que también puede hallarse en un atardecer, en un gesto, en un beso… en definitiva, para mí la belleza reside en todo aquello que provoca en nosotros sensaciones agradables, felicidad y armonía. Esta es la auténtica esencia de la belleza.
¿Por qué nos gusta observar algo bello? Porque nos hace sentir felicidad, bienestar, tranquilidad… Nos hace sentir mejor, nos llena de energía y, tal vez, nos transmite parte de su esencia haciendo que nosotros mismos nos sintamos bellos. En mis obras busco que la esencia de la belleza invada los sentidos para que las personas sientan la energía, la pasión y el amor con que creo mis piezas y, aunque sea por un pequeño espacio de tiempo, se emocionen y sean felices.